El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro.
Salmos 18:2
Dios, Nuestra Roca
Hay cientos de nombres y títulos diferentes para Dios a lo largo de la Escritura. Y como los Salmos se escribieron en distintas épocas de la vida, hay muchas perspectivas diferentes sobre cómo actúa Dios en esas épocas. El Salmo 18 fue escrito en un momento en que el autor, el rey David, fue liberado de sus enemigos por Dios.
En este salmo, David llama casi inmediatamente a Dios su roca, porque Dios era fiable y estable. No había nada que pudiera vencer a Dios o conmoverlo. Esta verdad no era sólo para David, sino para todos los que confían en Dios.
Cuando pertenecemos a Dios, Él también es una roca y una fortaleza para nosotros. Todo en el mundo cambia constantemente, pero nosotros pertenecemos a un Dios que nunca cambia. Él es nuestra protección contra las cosas que pueden intentar hacernos daño.
Pertenecemos a un Dios que puede protegernos de por vida. Aunque no tengamos enemigos físicos, podemos acudir a Dios cuando la vida se pone difícil. Por eso, como David, nuestra respuesta a Dios debe estar llena de alabanzas. Necesitamos recordar lo que Dios ha hecho, para poder alabarlo por lo que Él es.
Así que tómate un tiempo hoy para dar gracias a Dios por cómo te ha guiado y protegido hasta ahora en tu vida. Y si estás pasando por un momento difícil, corre a Dios y a Él en busca de ayuda. Dios es capaz y está dispuesto a protegerte y consolarte.
Oración
Padre Dios, gracias por ser mi fuente de fortaleza. Tú estás a mi lado sin importar lo que enfrente y estoy tan agradecido de poder refugiarme en Ti. Hoy, ayúdame a presentarme ante ti con humildad y honestidad. Dame el valor de entregarte mis preocupaciones y confiarte los resultados. Te invito a convertirte hoy en mi fuente de fortaleza. En el nombre de Jesús, amén.
