Espera con paciencia al Señor . Sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.
Salmos 27:14
Esperar Bien
Esperar puede ser difícil.
La mayoría de nosotros preferiríamos resultados y respuestas rápidos, eficaces y, en la medida de lo posible, instantáneos.
Pero esperar forma parte de la vida.
Debemos esperar a que las semillas se conviertan en alimento, a que una estación dé paso a otra, a que los bebés se hagan adultos y a que los árboles crezcan lo suficiente para ofrecer finalmente sombra.
Nos guste o no, esperar requiere paciencia.
Podemos esperar días, meses, años o incluso décadas a que se responda a una oración, a que se retrase una disculpa, a que llegue el momento adecuado o a que un sueño se haga por fin realidad.
Esperar requiere valor.
El rey David vivió hace casi 3000 años, pero sabía lo que era esperar el tiempo de Dios, esperar a ser rey, esperar a ser rescatado de sus enemigos. Así lo escribió:
Espera con paciencia al Señor . Sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.
Salmos 27:14
Si David pensaba que esperar en Dios era tan importante como para escribirlo dos veces en un solo versículo, deberíamos prestar atención.
Pero esperar pacientemente al Señor no es una excusa para no hacer nada.
Podemos esperar en Dios de forma proactiva estando en comunicación con Él, buscando Sus huellas en los momentos ordinarios, leyendo sobre Su historia y Sus planes en Su Palabra, adorándole independientemente de lo que esté sucediendo alrededor del mundo, sirviendo a la gente tanto dentro como fuera de nuestros círculos y agradeciéndole los dones que nos ha dado.
Sólo porque una puerta específica no se esté abriendo o una oportunidad específica no esté disponible no significa que Dios no se esté moviendo.
Incluso cuando estamos esperando, Dios está trabajando.
Noé pasó décadas construyendo un arca mientras esperaba que Dios hiciera lo que había dicho que haría. Rut viajó con su suegra y trabajó en los campos de cereales mientras confiaba en la provisión de Dios tras la muerte de su marido. José, durante muchos años, permaneció fiel en prisión antes de ser ascendido a gobernador de Egipto. Juan confió en la voluntad final de Dios para su vida y escribió varios libros del Nuevo Testamento mientras era condenado al exilio en la isla de Patmos.
Así que no importa a qué te enfrentes, puedes pedirle a Dios paciencia y confiar en que Él tiene el control de tu futuro. No importa qué incertidumbres te aguarden, cuando descansas en el Señor, puedes ser alguien que sabe esperar.
Oración
Dios, a veces quiero una solución inmediata a mis problemas, pero sé que Tu tiempo y Tus caminos son perfectos. Mientras espero por Ti, ayúdame a aprender de la situación actual que estoy viviendo, a enfocarme en las bendiciones que tengo actualmente y a alabarte por todas las cosas que harás. En el nombre de Jesús, amén.