Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.
Mateo 5:4
Superar bien el Duelo
¿Puede salir algo bueno del duelo? ¿Del duelo por una pérdida profunda? ¿Llorar por un dolor profundo?
Aunque el duelo es una parte necesaria de la vida, nadie quiere sufrir. Pero en la segunda bienaventuranza, una serie de promesas que Jesús hizo sobre el Reino de Dios, Jesús dijo lo siguiente:
Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.
Mateo 5:4
Nadie puede apreciar la lluvia más que alguien que ha vivido en el desierto. Nadie puede valorar más la comida que quien ha pasado hambre. Y nadie puede conocer a Dios como su Consolador más que alguien que necesita desesperadamente consuelo.
Por desgracia, la muerte, la decadencia y la decepción forman parte de este mundo. Pero incluso en nuestra tristeza y sufrimiento, Dios está dispuesto a consolarnos, de maneras únicas y significativas que sólo Él puede hacer.
Al Espíritu Santo se le suele llamar «Consolador», «Ayudante», «Consejero» o «Abogado». Pero independientemente de cómo se le llame, Él siempre es así. Incluso en nuestro dolor, Él es siempre un Dios que tiene nuestros mejores intereses en el corazón.
¿Cómo nos consuela Dios? Lo hace a través de Su Espíritu, de Su Palabra y obrando en y a través de Su pueblo.
¿Tienes ojos para ver cómo Él ha venido a tu encuentro? ¿Has abierto tu corazón al consuelo del Espíritu?
Si eres un seguidor de Cristo que hoy está afligido, recuerda: Jesús mismo ha prometido que serás consolado. Él es siempre bueno, siempre fiel y está aquí mismo, dispuesto a ayudarte.
Oración
Dios, tú ves a los que lloran y prometes consolarlos. Por favor, trae sanación a nuestros corazones cuando sufrimos una pérdida. Trae esperanza a los que se sienten desesperanzados, y fortaleza a los que se sienten abrumados. Muéstranos tu cercanía en medio de nuestro dolor. En el nombre de Jesús, amén.