Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”
Mateo 4:4
Lucha con la Verdad
Al comienzo del ministerio público de Jesús, ocurrió algo extraño: fue conducido al desierto por el Espíritu Santo, donde se encontró con el diablo.
Después de ayunar durante cuarenta días y cuarenta noches, Jesús tenía hambre, provocado por el enemigo para satisfacer su deseo de comida. En esencia, Satanás provocó a Jesús para que demostrara que era el Hijo de Dios convirtiendo piedras en panes.
¿Puedes sentir la manipulación?
Si realmente eres el Hijo de Dios, haz algo. Toma el asunto en tus manos. Cede a tu deseo. Provee para ti mismo. ¿Es Dios bueno aunque se oponga a ti?
Pero Jesús se negó a dejarse intimidar.
Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”
Mateo 4:4
Este patrón continuó durante dos tentaciones más, en las que el diablo tentó a Jesús con protección y poder, pero Jesús lo reprendió con las Escrituras.
¿Qué podemos aprender del encuentro de Jesús con el enemigo?
- Jesús sabía que la vida es mucho más que tener el estómago lleno. Aunque ciertamente quería satisfacer sus antojos físicos, sabía que el verdadero sustento viene de Dios.
- Jesús sabía que debatir con el enemigo no era sabio. En lugar de eso, confió en el poder de las Escrituras, citando el Deuteronomio como su arma de defensa.
- Jesús sabía que no tenía nada que demostrar. A diferencia de Adán y Eva en el Génesis, que dudaron de la bondad de Dios y cedieron a la tentación, Jesús fue capaz de resistir al enemigo.
- Jesús sabía que estaba siendo tentado por el diablo y actuó en consecuencia. Debemos aprender a reconocer cuándo estamos siendo atacados y acordarnos de contraatacar con la Palabra de Dios.
¿Cómo te está tentando el enemigo esta semana? ¿Cómo te está seduciendo para que dudes de la fiabilidad de Dios? Recuerda que Dios te ha capacitado para luchar con la verdad a través del poder del Espíritu Santo.
Oración
Dios, quiero que tu Palabra esté viva y activa en mi vida. Las Escrituras me ayudan a examinar mis pensamientos y me convencen de vivir como vivió Jesús. No puedo vivir al margen de tu Palabra porque me ofrece un camino para conocerte más profundamente. Por favor, continúa revelándote a mí a través de las Escrituras y sostenme por medio de tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
