Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría.
Salmos 94:19
Dios es Nuestro Consuelo
¿Alguna vez has mirado a tu alrededor y te has preguntado: «Por qué hay tanta maldad, perversidad y dolor en el mundo»?
En el Salmo 94, el rey David está muy disgustado por el estado de la humanidad. La gente culpa a Dios de la maldad desenfrenada del mundo, como si Dios no lo viera y no le importara (véanse los versículos 1-7). Entonces David recuerda a su audiencia que el Señor es el Creador y Él sabe, ve y oye todo lo que sucede (versículos 8-11).
Gracias a Dios, David puede decir: ‘Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría. ‘ (Versículo 19)
Las «muchas preocupaciones» del rey David estaban causadas por la maldad y la perversidad que veía, y nuestro mundo no es muy diferente. Pero el consuelo de David para todo el mal que presenció fue su Creador y Salvador.
Por eso puede terminar su salmo escribiendo: ‘Pero el Señor es mi fortaleza; mi Dios es la roca poderosa donde me escondo. Dios hará que los pecados de los malvados se tornen contra ellos; los destruirá por sus pecados. El Señor nuestro Dios los destruirá.’ (Versículos 22-23)
No es el salmo más agradable de leer. Está lleno de dolor e ira, tristeza e injusticia. Pero es una oración de esperanza y perspectiva de la que podemos aprender.
El mal, la injusticia y la guerra nos rodean. Pero en medio del dolor y el sufrimiento, podemos seguir el ejemplo del rey David y buscar consuelo y paz en Dios. Dios se ha ocupado de nuestra vergüenza y pecado mediante la muerte de Jesucristo y un día se ocupará de toda maldad y maldad.
Hasta entonces, como David, podemos decir: ‘En las muchas preocupaciones que hay en mí, tus consuelos alegran mi alma’.
Y entonces podremos vivir este versículo llevando nuestras esperanzas, sueños, miedos y preocupaciones a Dios.
Así que piensa ahora en las preocupaciones que tienes y que necesitas entregar a Dios. ¿Cómo puede alegrar tu alma conocer a Dios?
Oración
Dios tiene el control. Y porque tú tienes el control, yo estoy a salvo. Soy tu hijo. Y porque nada puede separarme de Ti, puedo correr hacia Ti cuando me enfrente a problemas de cualquier tipo. Por favor, ayúdame a recordarlo. Recuérdale a mi alma lo que es verdad y consuélame cuando me enfrente a dificultades que son demasiado grandes para mí. Lléname de alegría porque creo en Ti. En el nombre de Jesús, amén.